Para ti... Quien quiera que seas...
Cuando el alba irrumpe, el silencio calla,
Solo un latido atenta contra mi ser,
Un solo infinito desaparece a la vista y es el instante divino,
Rebosa de belleza en nuestras pupilas amantes,
Que extasiadas en mirarse, suspenden su frenético andar,
Solo porque en ese campo, una nueva vida comienza…
El olor de la hierba, matiza con los aromas que a mi alrededor respiran,
En ese palpitar punzante que mi ser apuntala y desborda el placer,
Esa pasión deforme, Esa alquimia mágica que despierta mi olfato,
Esa respiración consciente que te deja saber,
Que no solo humanos reposan sobre el prado,
Que no solo Dios esta escabulléndose de la oscuridad…
Ese primer calor que espanta la escarcha que besa la hierba,
La misma donde reposan los amantes eternos,
Que con su amor frenético han descubierto su propio Calor,
Ese cálido contacto de la caricia que besa,
Ese exquisito toque que estremece,
Ese sentir que embriaga, entre calor, placer,
Entre vida, palpitar y ser…
Besos escondidos que se ponen a la luz,
marcas en los labios que evocan placer,
Sabor en la boca que recuerda el sendero,
de cada camino oscuro que el duende piso,
Durante la eterna noche de luna nueva,
Donde solo su oído guiaba los pasos correctos,
En cada gemir de las hojas en el suelo,
El sutil desagarro de las ramas al viento,
En el sudor del agotamiento,
De los cuerpos anidados al amor…
Palpitar que se detiene, silencio que extasía,
Instante que se vuelve para siempre,
Almas que danzan sobre el planeta,
Seres que se funden en una hoguera,
Fabricada de ramas secas de otoño,
Sonata a un solo fuego que ata,
Lazos multicolores de energía,
Devastadora fuerza, agresiva revolución,
Que solo un simple rayo de sol,
Ha creado, para fundir en un solo ser,
Los ángeles de la oscuridad y la luz…
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